lunes, 11 de noviembre de 2013

Emprendedores: una raza emergente I



No hay día que en los medios de comunicación, en los post de los blogs, en las conversaciones de café, no se hable o se nombre a los emprendedores, englobando en una categoría, como suprema, a todos aquellos que son capaces de acometer y sostener una empresa, desarrollar una idea y fomentar la innovación, gestionando proyectos y asumiendo riesgos.
Ser emprendedor no es algo nuevo o que la crisis o la modernidad han traído consigo, desde el primer hombre que trabajó una lasca para hacer un cuchillo, el emprendimiento a sido un factor fundamental en el desarrollo tecnológico, social y económico de los seres humanos; los avances científicos  son otra muestra más del espíritu emprendedor del hombre, ya que son actos de genialidad humana, basados en conocimientos y pensamientos planificados, que han hecho realidad las ideas y los sueños.


Pero ¿qué sucede para que, ahora, ser emprendedor tenga asociado una serie de particularidades que le dan un valor, si cabe aún, más positivo?
Lo que ha sucedido con el empleo,  en los últimos años en nuestra sociedad, ha provocado que muchas personas que se encuentran prácticamente fuera del mercado de trabajo, busquen con el autoempleo una manera de sobrevivir y poder tener una independencia económica
Hay que considerar que el desempleo de larga duración, conlleva  la perdida irreparable de las capacidades y habilidades que el trabajador ha adquirido, académicamente y laboralmente; esta perdida es tan grave que no solo afecta al individuo, sino que compromete a toda la sociedad porque es un fracaso colectivo. Por eso, es natural que muchos trabajadores se embarquen en proyectos empresariales y desde las pymes, concreten ideas para el desarrollo de productos y de servicios.
No todos podemos ser Billi Gates, ni Amacio Ortega (ellos pueden considerarse el paradigma de los emprendedores) . La mayoría nos quedaremos en nuestro ámbito local, para solucionar problemas y necesidades locales, pero por esto no dejamos de ser tan importantes para la sociedad, como lo son ellos, ya que gracias a nuestro esfuerzo, responsabilidad y trabajo, podemos hacer nuestro entorno mejor y más desarrollado.
En el fondo, esto los economistas lo dirán en el futuro, estamos creando un nuevo modelo en el que se fomenta la autonomía personal, en el que la economía se pone al servicio del factor humano,  con procesos de crecimiento, desarrollo y aprendizaje continuo. La economía social.
Por eso la sociedad en general demanda emprendedores, como creadores de empleo y como impulsores de  innovación, con cualidades que no se pueden encontrar en una gran empresa, y las nuevas tecnologías son fundamentales para el crecimiento de las pymes y los emprendedores, ya que nos dan recursos que de otro modo nos estarían vetados por su gran coste o por su excesiva especialización.

Después de todo esto, con el reconocimiento de la función innovadora, transformadora y social que tiene el emprendimiento humano y la importancia que todo ello a adquirido en nuestros días:
¿Cuál debería ser la actitud de las administraciones, tanto en el ámbito burocrático como en el ámbito de ayudas puntuales al emprendimiento?
La nueva ley del emprendedor ¿lograra cubrir los enormes vacíos con los que habitualmente nos encontramos?
¿Somos nosotros unos emprendedores?
¿Es, verdaderamente, labor de los emprendedores la creación de empleo?

Son preguntas y preguntas que iremos desgranando en otros artículos.

 “Esfuérzate, no para ser un éxito, sino para ser de valor”. -Albert Einstein





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